Enjel Relish

||• Yo sigo ofreciendo a mi nena para tramas y lo que surja , aunque no sea en el Eveream 👉🏻👈🏻

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~, dedicándole un gracioso mohín a la nena. - Es que los rotus y los colores también llaman un montón la atención, ¿Verdad? Encantada de conocerte, Jade,¡ Qué nombre tan chulo!

~Enjel aprovechó para pillar un buen sitio a la sombra de un gran árbol.
Ya llevaba por lo menos un par de horas leyendo, anotando y subrayando cuando notó el tironcito junto a una voz infantil que arrancó de sus labios una sonrisa enternecida.- No te preocupes,no me molesta.- Le restó importancia ~

~ ya era costumbre.
Se colocó la mochila con su lectura actual, su libreta y unos bolis al hombro y se despidió de la minina con un beso en la peluda cabecita para después salir por la puerta y de camino hacerse con un café y algo para picar.
A esas horas el parque estaba poco concurrido, así que~

Sentarse al aire libre a leer era un pequeño placer, uno de tantos, que la joven disfrutaba cada tanto siempre que tenía tiempo libre y ese día no fue menos.
Se despertó por la mañana temprano para ponerle el desayuno a Olivia antes de dejarla a cargo de custodiar la casa tras un rato de mimos,como~

Colaterales.

~la bolsa y que por poco la máquina había estado a punto de sufrir el mismo destino. Dejó escapar un sonido de alivio antes de alzar la mirada para fijarla en el desconocido con una pequeña sonrisa con la que buscaba restarle importancia al asunto.- Tranquilo, por suerte sólo ha habido daños ~

~ jengibre. Se dispuso a marcharse, no sin antes pedir un par de croissants para llevar para desayunar al día siguiente.
No lo vio venir, inmersa como estaba en su mundo interno. Lo único que acertó a saber fue que algo blando chocó con ella y al instante un par de croissants salieron despedidos de~

~ la mayor de personas, con su máquina de escribir, que siempre le acompañaba en un coqueto bolso color crema y una libreta.
Decidió pasar el resto de la tarde allí, organizando unas cuantas cosas hasta que las primeras luces del anochecer tintaron el cielo de violeta junto a un té de naranja y~

El delicado aroma a Canela, café recién molido, frutas y jengibre acarició sus fosas nasales en el momento en que Enjel atravesó, como cada tarde, la esquina donde se ubicaba su cafetería favorita, con su canción favorita resonando en su grandes auriculares y, por extraño que pudiera resultar para~

~- Pero si me enseñas la dirección, tal vez pueda echarte un cable.- Terminó con una risita por el improvisado chiste.

~la primera el hocico.
Fue inevitable que un remedo de sonrisa amable se instalaste en su semblante ante la pregunta de la desconocida.- Me temo que no. Has debido de confundirte, aunque creo que no me vendría nada mal.
El tema de la electricidad y yo no nos llevamos muy bien. - Respondió.~

~ apeó de su regazo, donde había estado durmiendo plácidamente, para sentarse sobre sus cuartos traseros frente a la puerta, con la cabecita ladeada al escuchar la puerta a esperar a que la joven abriera.
Enjel frunció el ceño al no esperar visita esa mañana e hizo lo propio, con Olivia asomando ~

El humo del primer café del día aún formaba gráciles columnas alrededor de la colorida taza, para disperarse en el gélido aire mientras tecleaba en su máquina de escribir, ataviada con un abrigado camisón y una trenza casi deshecha.
Olivia, su gata, un felino de abundante pelambre gris claro, se ~

A mi gata, una máquina de escribir y regaliz.

El blanco o el turquesa, son colores que transmiten calma.

💫Enjel Relish

💫25 años

💫Soñadora

💫Escritora