David Ballester Mena

Ilustración de Old Tallow, cubierta por un abrigo de pieles, rifle a la espalda y flanqueada por dos perros de caza.

Pues me terminé The Birchbark House, de Louise Erdrich.

Cortito, exótico (para mí) y muy bonito. Es tierno, sin que le tiemble el pulso en los momentos desgarradores. Volveré a por el siguiente. Porque sí, es una saga. ¡Como todo últimamente!

#booksky

La búsqueda de los clics para vender publicidad pervierte los contenidos. Lo importante es atraer ojos, es el model de negocio que se ha impuesto en la prensa. Y en todo tipo de contenido digital, claro.

Hoy, tras poner fin a la campaña de @kalapipo.bsky.social, me ha tocado empezar mi miniaventura. Horror infernal y monstruos grotescos. Yo me lo he pasado muy bien dirigiendo (de echaba de menos), pero para la siguiente sesión me apunto aumentar la dificultad. ¡Que sufran!

#lodelrol

A sketchbook full of drawings of goblins

Aaaand that’s a month of daily gobelins !! That was a fantastic challenge #floktober2025

Portada de Momo. Se ve a una niña con el pelo negro y alborotado, descalza y con un abrigo largo. Está en un campo de flores, flanqueada por antiguos relojes. De fondo, señores con bombín, de rostro gris y relojes por ojos.

Hoy he cazado en la biblioteca esta preciosa edición de Momo, de Michael Ende. Mi plan es leérselo de a poquito a mi hija. Siempre le he tenido ganas, y desde La Historia Interminable he sabido que volvería a leer al bueno de Ende.

#booksky

He jugado tanto a Cities Skylines en la Switch últimamente que una parte de mí (muy impertinente, por cierto) me ha dicho: “deberías estar haciendo algo de provecho”. Así que aquí estoy, documentándome para un pequeño proyecto: una app. Algo que sabe a trabajo. 😅 Veremos si llega a puerto.

Y de sagas. Sobre todo en el mundo de la fantasía. ¡Dadme buenas historias de 400 páginas bien cerradas!

Portada de The Birchbark House, de Louise Erdrich.

La primera mitad de The Birchbark House es un lugar feliz. A través de los ojos de una niña nativa americana, conocemos a su familia y a su comunidad. Uno se confía y cree que la autora se ha ablandado. Pero, ay de mí, que a mitad del libro aparece la Louise Erdrich que yo conozco.

#booksky

Pues me bajo de Frieren. He llegado a la trama del examen de magia, y se ha convertido en un anime completamente diferente. Un shonen de manual. No entiendo el cambio, y no me interesa el nuevo estilo, así que la dejaré aquí. Qué pena, oye, con lo bonita que estaba siendo.

Un puñado de gente vestida con monos naranja en una sala estilo años 50 con paredes turquesa y habitantes del refugio sentados, estos con monos también turquesas.

Con El Refugio Atómico he llegado a la mitad del segundo capítulo. Ya estaría. No es para mí. Lo subraya todo demasiado, las actuaciones están pasadas de vuelta, no queda claro si se toma en serio a sí misma o no… ¿Y por qué una estética tan cercana a Fallout? Lo dicho, no es para mí.

Terminada La Familia Guiness. Es de las que mejoran según pasan los episodios, como si se hubiesen ido dando cuenta de qué personajes funcionan mejor, o qué tramas hacen aguas. La ambientación es soberbia y termina en un punto álgido. Siendo Netflix, habrá que cruzar los dedos para que la renueven.

Los tres protagonistas de Frieren, sentados: Stark, Fern y la propia Frieren.

Pasados los dos primeros capítulos, y alguno por el camino, Frieren pierde un poco el encanto inicial. Se vuelve bastante formulaica, y yo no soy un apasionado ni de la fantasía de plantilla ni de los animes, en general. Pero, aún así, sigo dentro, por sus personajes y su ocasional brillantez.

Sigo con La Vuelta a Europa en Avión. Aunque la moralina del señor Nogales sigue atufando a alcanfor, su cobertura de la Unión Soviética es fascinante. Cuando enumera los derechos y libertades de las mujeres (1928), suena más avanzado que la España de los 80.

Hoy ha caído AWS, y sigue sin recobrarse del todo. Con AWS ha caído medio mundo. Redes sociales, plataformas de pagos.. Qué dependientes somos de los Grandes de Internet.

Póster de Death’s Door. Se ve a su protagonista, un cuervo armado con una espada, escondiéndose de una legión de personajes estrambóticos.

Hace poco terminé Death’s Door en la Switch. Menuda joya de juego. Es precioso, fluido, difícil sin resultar frustrante. Un souls-like indie maravilloso.

He empezado The Birchbark House, de una de mis escritoras favoritas, Louise Erdrich. Es una saga de novelas entre lo infantil y lo juvenil. De momento, estamos conociendo a su protagonista, una niña india, Omakakins, que sobrevivió a un brote de viruela en su tribu y fue adoptada por otra.

#booksky

Estoy apuntado a un Basic Fit en mi barrio, y no importa a qué hora vaya, hay más gente que en la feria.

Aplicación web para cronometrar intervalos en la cinta de correr.

Lo bueno de ser desarrollador es que, si a uno le hace falta una app tonta para correr en la cinta del gimnasio, pues se la hace. 😄

Durante el fin de semana me leí La Metamorfosis, de Kafka. Y, a ver, bien, pero se me quedó un poco corto. En lo práctico es terriblemente desagradable, con ese Gregorio trepando por las paredes de su cuarto. Pero ahonda poco en las consecuencias de la transformación de su protagonista.

#booksky

¿Se ha puesto de moda mentar a Cormac McCarthy para promocionar libros, o es que no me había fijado antes?

Cara de un anciano barbado tallada en un tronco.

Pocas cosas mejores en un fin de semana en familia que encontrar rincones mágicos casi por casualidad.

Portada de La Metamorfosis, de Franz Kafka.

Continúa mi gira por lo mainstream.

En mi casa, el comienzo de curso es fiesta de guardar. Cuando llega, empieza el descanso para todos, mayores y pequeños.

Qué maravilla. ❤️

Continuando mi gira por lo mainstream, estoy leyendo La Vuelta a Europa en Avión, de Manuel Chaves Nogales. Y qué antipático se me está haciendo con su machismo y racismo. Que sí, que la época, pero este señor era un intelectual, liberal. Más joven que Clara Campoamor, para contextualizar.

Quizá lo que más me ha marcado es el concepto del Gran Trauma, esa fuga del campo a la ciudad en los cincuenta y sesenta, y el impacto que tuvo en las ciudades, en sus barrios y gente, y también en los pueblos que quedaba atrás. Nunca había pensado en ello así.

Terminada La España Vacía, de Sergio del Molino. Me ha resultado sorprendentemente ameno a pesar de que el tema, a priori, pueda parecer árido. No siempre coincido con los análisis del autor, pero es interesante leer opiniones diferentes a las propias si están razonadas y bien documentadas.

Tres galletas de chocolate enormes.

Los domingos por la tarde, a veces, se ponen tristones. Pero si los acompañas con unas galletas de chocolate del tamaño de tu cabeza, pues mejoran. Y más, si las haces con tu hija.