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Así ponemos término al hilo de #Efemérides de hoy. Gracias por leer hasta aquí.

Finalmente, Allende es proclamado presidente por el Congreso Pleno el día 24, venciendo los intentos de impedirlo. El general Schneider fallecerá el día siguiente.

Sin embargo, un vasto movimiento popular dispuesto a defender el triunfo de Allende y la democracia, al que podrían sumarse muchos militares en comunión con el pensamiento del jefe que agoniza, tempera los ardores golpistas.

Conocido el atentado, el gobierno declara estado de sitio y toque de queda; Santiago queda bajo el control de los generales golpistas. La CIA envía un mensaje triunfalista, dando por hecho el golpe de Estado.

“El movimiento siguiente debería haber sido la toma de posesión del Gobierno [por parte de los militares], pero no ha ocurrido”.

El general fue trasladado al Hospital Militar, donde agonizó tres días. En Washington la noticia llegó al salón Oval. Los documentos desclasificados revelan que Kissinger le comentó a Nixon lo que había ocurrido en el secuestro fallido.

Los secuestradores se bajaron, rodearon el automóvil de Schneider y destrozaron a martillazos los vidrios y la puerta lateral derecha. El general buscó su revolver para defenderse, momento en que los extremistas le dispararon sin más. Le impactaron tres tiros, que bastaron para dejarlo malherido.

“Actuaron con armamento proporcionado por la CIA que les entregó el coronel Paul Wimmert (agregado militar de la Embajada de Estados Unidos) y recibieron 25.000 dólares”, detalla el investigador Mario Amorós en su libro ‘Allende, la biografía’.

Habían fallado en intentos previos, pero a eso de las 8:10 de la mañana de aquel día lograron interceptar el automóvil en que se desplazaba Schneider en la calle Martín de Zamora, casi al llegar a Américo Vespucio.

El 22 de octubre, un comando extremista vinculado al general Roberto Viaux (quien encabezó el “Tacnazo” en octubre de 1969) y al naciente Movimiento nacionalista “Patria y Libertad” intentó el secuestro del general Schneider.

Grupos organizados vinculados a la extrema derecha hicieron explotar bombas en las Torres de Tajamar, el aeropuerto de Pudahuel, el Instituto Geográfico Militar, la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, la estación eléctrica de Colina, la Bolsa de Comercio de Santiago.

Por ello, la idea de Washington era generar las condiciones para una sublevación militar. La violencia fue en aumento.

En la reunión que sostuvo el 14 de septiembre con el director de la CIA Richard Helms –registrada en documentos desclasificados– propone “neutralizar” al general legalista. Lo mismo dice el embajador estadounidense Edward Korry el día 23.

El primero en sugerir la “neutralización” de Schneider es Agustín Edwards, una de las grandes fortunas del país y dueño del diario El Mercurio, quien después de la elección se instala en Estados Unidos.

Su postura, que se llegó a conocer como la “Doctrina Schneider”, fue un formidable obstáculo a las pretensiones de la CIA. Mientras estuviera él al mando, el Ejército no se iba a prestar para una aventura golpista, por entonces algo común en Latinoamérica.

Así lo dejó en claro en una entrevista a El Mercurio en mayo de 1970 y en sus declaraciones posteriores, en que subrayó las obligaciones constitucionales de neutralidad y prescindencia política.

Para concretar un golpe y así impedir la ratificación de Allende, la CIA necesitaba contar con los militares chilenos. Pero el entonces comandante en jefe del Ejército, general René Schneider Chereau, era un firme defensor del respeto a la institucionalidad.

Seguiremos ejerciendo las máximas presiones y utilizando todos los recursos apropiados para alcanzar el objetivo. Es imperativo que estas acciones se realicen de forma clandestina y segura […] Ello nos obliga a ser muy selectivos al hacer contactos militares”.

Días después, Kissinger escribió al agente de la CIA en Santiago, Henry Hecksher: “La política establecida y continuada es que Allende sea derrocado mediante un golpe. Sería preferible que ocurriera antes del 24 de octubre, pero los esfuerzos para lograrlo continuarán pasada esa fecha. [+]

“La embajada no tiene que participar. Hay 10 millones de dólares a nuestra disposición, más si es necesario. Plena dedicación, con los mejores hombres que tenemos. Hay que arruinar la economía. El plan tiene que estar listo en 48 horas”,

Tras una reunión en la Oficina Oval el 15 de septiembre de ese año, según se comprueba en documentos desclasificados, el entonces jefe de la CIA, Richard Helms, anotó:

Con la posibilidad cierta de la ratificación de Allende en el Congreso, que iba a sesionar el día 24 de octubre, el presidente Richard Nixon comenzó a mover las piezas.

“No veo por qué tenemos que permitir que un país se haga comunista tan sólo porque su pueblo sea irresponsable”, dijo el secretario de estado, Henry Kissinger, en una reunión del Consejo Nacional de Seguridad.

Mientras la elección comenzaba a decidirse en los pasillos del Congreso y las sedes de los partidos políticos, en Washington miraban con atención lo que pasaba. El gobierno de Richard Nixon no podía tolerar que, al sur del continente, un marxista llegara a la presidencia. Menos si era por las urnas.

Por entonces no había segunda vuelta electoral: la Constitución de 1925 determinaba que era el Congreso pleno el que debía decidir. Pronto comenzaron las negociaciones para obtener los votos claves de la Democracia Cristiana.

Apenas conocido el resultado, personalidades conservadoras golpean las puertas de los cuarteles incitando a los militares a dar un golpe con el apoyo creciente del gobierno de la Casa Blanca.

Allende había aventajado por poco menos de 40 mil votos al candidato que le seguía, el expresidente de derecha Jorge Alessandri Rodríguez.

Durante la primavera de 1970 el ambiente en chile era tenso. En las elecciones presidenciales del 4 de septiembre, el candidato de la izquierdista Unidad Popular, el doctor Salvador Allende Gossens había conseguido la primera mayoría relativa.

El 22 de octubre de 1970 el general René Schneider sufre un intento de secuestro, recibiendo tres disparos. Moriría tres días después.

En el hilo de #Efemérides de hoy hablamos del primer intento de la CIA de derrocar a Allende.