PauAmat

Y yo pensé: "Hay amores que no necesitan cama. Les basta con un buen escaparate."

Duró años. Hasta que él murió. Y mi madre, en su funeral, llevaba los zapatos rojos. Los primeros. Los únicos. Los que empezaron todo.

De cine. De política. De lo mal que estaba el mundo… Y de lo bien que le quedaban los tacones.

Y así empezó una amistad secreta. Ella iba cada semana. Él le enseñaba zapatos que no podía comprar. Y hablaban de todo.

Y yo: —¿Zapatos? Y ella: —No, cariño… conversación, misterio, una mujer que no se lo pone fácil.

Y aquí viene lo bueno. Mi madre me lo dijo con una sonrisa torcida: —Claro, hija, el dueño quería lo mismo que todos los hombres.

Y mi madre, que ya se iba con el alma arrugada, se gira como en las películas. Y él le dice: —Otra mujer iba a comprarlos, pero… no sé, sentí que eran suyos.

Pero entonces… ¡El dueño la llama! —Señora, los tengo en la trastienda.

Después de semanas de ahorro clandestino… Va a la tienda. Y los zapatos no están. Desolación. Drama. La tragedia griega con acento de barrio.

Mi madre, escondiendo monedas como si fueran secretos. Que si hoy no compro perejil, que si mañana me salto el café del bar… ¡Una estrategia digna del FMI!

—Los vi en el escaparate —me dijo— y supe que eran para mí. Pero con el sueldo de tu padre, más corto que un bostezo en misa… a ahorrar.

Se enamoró… de unos zapatos. Rojos. Brillantes. Con un tacón que parecía una amenaza a la estabilidad emocional de cualquier acera.

Me dijo: —Estrella, yo una vez me enamoré. Y yo pensé: "¡Ay madre, que me va a contar lo del padre!" Pero no.

Así, como quien no quiere la cosa, mientras pelaba una naranja con esa precisión quirúrgica que solo tienen las madres que han pelado miles de naranjas… y algún que otro marido

"Los zapatos de mamá" (Monólogo en fragmentos) ¿Sabéis lo que me dijo mi madre una vez?

El científico del CSIC Emilio Santiago Muiño poniendo a Vox en su sitio ayer en el congreso.

a man in a suit and tie is peeking through a window blind . ALT: a man in a suit and tie is peeking through a window blind .

😆 En la basílica del Pilar...!!!!!

(Dedicado a María)

#TeatroContraLaTransfobia, #València, #SolidaridadTrans, #ObservatoriContraLHomofòbia

Y si me vuelven a decir que no debo existir...
Les diré:
"Demasiado tarde. Ya estoy aquí"

Me pregunto si el odio tiene horario.
Si hay una hora exacta en la que los monstruos salen.
Para mí fue a las 4:12 AM.
En la Avinguda del Regne de València.
Pero también fue el inicio de otra cosa.
De otra forma de estar.
De otra forma de resistir.

(Silencio. Camina hacia el fondo. Se detiene.)

No soy una anomalía.
Soy una posibilidad.

(Camina hacia el público. Se detiene cerca)

Y entonces pienso:
Sí.
Debo existir.
Porque existo con ternura.
Con miedo.
Con uñas pintadas.
Con dignidad.

(Pausa. Se pone de pie. Se abrocha la chaqueta de nuevo)

Pero luego me acuerdo.
De mi madre, que me llama "reina".
De mi amiga Carla, que me dice que tengo la risa más bonita de Valencia.
De mi perro, que no me pregunta nada, solo me lame la mano.

¿Y si tuviese razón?
¿Y si no debería?
¿Y si mi existencia es una molestia, una grieta, una anomalía?

(Se sienta. Mira al público por primera vez)

No me dolió el golpe.
Me dolió el mensaje.
"No deberías existir."

Un puñetazo.
Directo.
Sin aviso.
Sin motivo.

(Pausa. Se toca la mejilla. Cierra los ojos)

Me miró.
Me escaneó.
Me juzgó.
Y me golpeó.

Estaba con mis amigas.
Riendo.
Hablando de tonterías.
De uñas, de series, de chicos que nos miran.
Y entonces apareció él.
Con dos más.
Escondidos en los matorrales.
Como si fuéramos presas.
Como si esto fuera una cacería.

"You shouldn't exist"
Así me lo dijo.
En inglés.
Como si el idioma hiciera menos daño.
Como si la gramática pudiera suavizar la violencia.

MARIA:
No me lo esperaba.
No esa noche.
No ese golpe.
No esa frase.