𝑭𝐋𝐎𝐑𝐃𝐄𝐋𝐈𝐌𝐎𝐍.

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ㅤㅤ𝑰𝐍𝐓𝐄𝐑𝐀𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 𝑪𝐀𝐋𝐋 ⸻ he estado fuera unos días y seguiré sin pasarme en condiciones hasta el fin de semana, pero me gustaría refrescar las interacciones de esta criatura. fav para una mención nueva, repost para planear por dm. 🍋
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Aw. No tiene realmente gracia, para ella: casi nunca se molesta en ocultar sus orejas bajo una ilusión (¡menudo desperdicio de energía, cuando tiene una cascada de rizos perfectamente funcional!)... pero si que le interesa descubrir cómo luce su hermano.

bienvenida. Se vuelve hacia los changelings.

—No hay autobuses al campus hasta dentro de una hora. ¿Aguantáis hasta entonces?

Un gesto vago, como sacudiéndose las inquietudes de Logan. Ha tenido una hora para secarse las manos sudadas, tragarse el nudo en la garganta y enterrar las náuseas, mientras aguardaba a los demás. La inquietud de sus compañeros, más reciente y más sentida que la suya propia, es una distracción »

pasado siquiera de la primera sala.

—¿Son así siempre? ¿Es esto normal para...?

Un gesto vago, señalándolos: los nativos.

Cuando los demás salen, ella se encuentra en los escalones, cerca de la puerta, codos sobre rodillas y mentón sobre palmas. Había vuelto sobre sus pasos tan pronto se sintió perder control sobre su propio cuerpo — demasiado semejante a aquella noche en el bosque —, con la suerte de no haber »

—He pasado la tarde entera jugando —contesta a Anx—. ¿Y tú? Te he echado en falta.

Tira de ella, para apresurarse a entrar tras Sorina y Hyden en cuanto llega su turno. Adora esta suerte de cosa... aunque hace mucho, mucho tiempo que no entra en una casa encantada.

—¿Crees que habrá espejos?

—¡Anx!

Desprende un brazo del peluche para engancharlo al de la muchacha, de tal forma que el muñeco queda enganchado, en precario equilibrio, a la curva de su codo libre. Lo alza hacia Thomàs, perfectamente solidaria:

—¿Quieres abrazarlo, ahí dentro?

dinero es una cosa tan pintoresca!), pero ya se ha dejado su presupuesto en las casetas de puntería. Se aparta antes de que la mujer termine de darse cuenta.

—¡Voy!

En cuanto Hyden termina, se arrima para conseguir un ticket. Sonrisa brillante, y como de casualidad, "¿sabes que esa trenza es preciosa?"... y, cuando la encargada responde con un "gracias" sorprendido, Flordelimón se lo cobra con una entrada. En otra ocasión, le habría hecho ilusión pagar (¡el »

—¡Bu!

Se asoma tras el grupo, cargada de un peluche improbablemente grande y de una sonrisa triunfal. Ha pasado la tarde pululando entre las casetas de juegos.

—¿Vais todos a la casa encantada, ahora?

Mira a Anx, a la mano que sostiene la suya, a la otra, y al chaval que la ocupa. Tiene muy poquito en común con Cain, piensa, para recibir los mismos mecheros... pero es cierto que los ha visto muy pegados, esta noche.

—¿Verdad que nos dirás por qué?

—A quién de los presentes querría llamar si estuviera en una emergencia... como un accidente de coche. Aún tenemos que salir a conducir, por cierto.

—Para ti, @curseofspider.bsky.social.

triangulares que, puestos sobre la cabeza, emulaban orejas felinas.

—Te escuché decir que nos faltaba el gato de Cheshire —explicó. Eso, y que al principio de la noche, mientras jugaban, la había creído ver curiosamente melancólica.

Rió, encantada con el cosquilleo contra su cuello — al tiempo que una calidez le inundaba el cuerpo entero, acorralada como estaba. Alzó entre sus cuerpos su obra (menos lustrosa de lo que le habría gustado): la única pieza de origami que recordaba cómo hacer. Los pliegues formaban dos picos »

Ella, por su parte, ha estado observando con ojos enormes... pero, cuando Luk marcha, vuelve a apoyar la cabeza indolentemente sobre su palma.

—Me recuerda a apedrear ranas —comenta a Aileen—. ¿Alguna vez has jugado a eso? Nunca lo he encontrado divertido.

La broma le sacó una sonrisa... pero Flordelimón echó un paso atrás, espalda contra la barra. Su barbilla, alzada en risueño desafío, animaba a que la muchacha se arrimara.

—Es posible.

Suspiros de criatura que no puede mentir... aunque, ¿por qué en el mundo mentiría sobre eso?

Cuando la conga pasa cerca del sofá en que se ha tendido tal que un gato, alza la voz para recordarle a Hyden:

—¡El confesionario!

Un dedo menos. No tiene tanta gracia si una no bebe, supone, aunque se le escapa una risilla.

—¿Sabíais que no os vais a morder?

Comenta hacia Luk y Aileen. Está observando la escena con un interés semejante al que dedicaría a un documental de sobremesa.

—Sería descortés hacerlo mientras duermes, en efecto.

¡Por fin! Baja otro dedito... y busca a un par de muchachas con la mirada.

—My, my, how can I resist you? Mamma mia, does it show again, my, my, just how much I've missed you?

Sacándole todo el partido a las interrogaciones... una tiene que apañárselas como puede.

—Aw. ¡Pretendía que todos pudierais beber en esta!

—Yo nunca he mentido sobre mi edad.

Está jugueteando con una servilleta, doblando y desdoblando. Hace mucho tiempo sabía hacer origamis, pero ahora...

—¿Qué es "kenough"?

|| en verdad.

Sigue sin bajar dedo. La única vez que estuvo cerca, hizo "¡chas!" y se volvió para casa.