𝘋𝘰𝘳𝘦𝘦𝘯 𝘎𝘳𝘦𝘦𝘯 🐿️

-Solo pidió un café gratis por esta vez...no es una práctica común que suela hacer todos los días. Es sólo...cuando la invade su instinto animal-

Que en su sano juicio sería incapaz de cometer, más vale pedir perdón, que pedir permiso.-

-Lo...lo siente, más vergüenza siente en el fondo de estar haciendo lo que hace justo ahora, que el no haber pedido permiso. Pero, dadas las circunstancias, lo hecho, hecho está. Cuando ese extraño sentimiento se apodera de ella y le obliga a cometer semejantes actos

Un acto un tanto indecente con una persona que no conocía de nada, mas sí lo hizo, fué por puro instinto.
Cuando le preguntó su nombre, aquellos verdosos ojitos volvieron a mirarle fijamente con un rubor en sus mejillas.-

D-Doreen Green, señor...

-Fué todo cuanto obtuvo como respuesta.-

Fingida dulzura y aparente inocencia.
Su dedo atrapó, dándole un cariñoso mordisco a la par que lo envolvía con sus labios. Sus ojitos cerró y un suave vaivén con su cabeza hizo, engullendo hasta la última falange aquél dedo, pero...rápidamente paró...estaba avergonzada, pues había cometido

Una heroína querida por todos con el único don de poder comunicarse con los animales y también porque tenía una imagen pulcra de estudiante modelo en su universidad.
El sexo no era algo que llevase cogido de la mano, pero para el mayor, era algo que colindaba a la perfección con su para nada

-Al notar aquél dedo pulgar rozar sus labios húmedos y cálidos, casi por instinto abrió un poquito su boca. Era evidente que tras aquella máscara de inocencia, se ocultaba una joven lujuriosa que no daba rienda suelta a su instinto animal, más que nada, por estatus social

Se mostró un tanto temblona al escuchar aquellas últimas palabras...no puede culparle, pues en parte tiene algo de razón.
No es una promiscua, pero tampoco es una chiquilla bendecida por la mano de un santo, puede entender que con esa carita tan tierna que tiene pueda subir la libido a cualquiera..-

-Orejitas alza volviendo en sí, un tierno “huh?” nasal se le escapa. Sus ojitos verdosos ahora le estaban mirando, su boquita había abierto un poquito, dejando entrever sus incisivos que destacaban por encima de sus dientes normales que eran un poquito más pequeños.

-¿Así es como la ve?...v-vaya...no sabe si decir “gracias” o “lo siento”.
Está muy rojita, hasta ha juntado los dedos índices. No sé esperaba semejante imagen de ella.-

-...Siempre puede negociarse seriamente por un café gratis con leche de avellanas, como esas manitas saben hacerlo 👉🏻👈🏻.-

-Le está saliendo humito de su cabeza...¿cómo que enseñarle carne así de gratis?. Procede a abrazarse a su cola y enterrar el rostro en la misma.
¡Qué vergüenza, qué vergüenzaaaa!.-

-No es que sea la oveja más lista de todo el redil...todos se aprovechan de su inocencia y buen corazón. ¡H-Hasta le han tocado el culo de la nada!.
Eso le resulta frustrante y...raramente excitante, esto último sin saber porqué. Pero por favor, quiere verla así más a menudo, es muy linda.-

𝐻𝑢𝑛𝑔𝑟𝑦 𝑓𝑜𝑟 𝑛𝑢𝑡𝑠...𝑌𝑢𝑚𝑚𝑦-𝑦𝑢𝑚𝑚𝑦

#𝚂𝚎𝚍𝚞𝚌𝚝𝚒𝚟𝚎𝚂𝚞𝚗𝚍𝚊𝚢

-¡Claro que sí!. Ella...bueno, no es que le guste mostrar mucha carne. Está un poco gordita, y un tanto acomplejada 👉🏻👈🏻...Todos la miran con deseo en las clases y no sabe si sentirse halagada o incómoda...-

¡Oh!...me encantaría un latte macciatto con leche semidesnatada y con azúcar moreno.

-Ahora, venía la parte más vergonzosa para ella...orejitas volvió a agachar, desviando sus verdes orbes.-

...¿Po-podría hacerme una carita de oso panda en la leche, por favor?. M-Me gustan los osos panda...

¡Pero no soy una mutante ni una híbrida animal!, y-y no me preguntes cual es la diferencia porque no sabría decirte, e-eheheheee...

-Un tanto avergonzada, sus índices juntó, a la par que agachaba sus orejitas e inflaba sus mejillas. Pero poco duró la vergüenza cuando le formuló aquella pregunta.-

¡Oooh!...no me llamo “Señorita Ardilla”, me llamo Doreen Green, tengo 20 años recién cumplidos y estudio ingeniería informática en la universidad que está a pocos minutos de aquí.

-Hizo una pequeña pausa, alzó su índice con algo de vergüenza.-

Esto...poseo una anomalía genética

-¡Que lindaaaaaa!. Le encanta como le queda.-

Y el aroma a grano de café tostado recién molido...simplemente, me encanta. Ya con esto, me tienes ganada.

-Tomó asiento en uno de los taburetes de la barra, y esperó a ser atendida, mientras observaba sus uñas bien cortaditas y pulcras bañadas en un color rosado.-

Una vez el chico entró, ella le siguió hacia adentro, quedando maravillada por la asombrosa decoración del local.-

Es un local hermoso, combina perfectamente con mis gustos. Y...

-Inhaló un par de veces de manera refinada y los ojitos cerrados, emanando nuevamente un suspirito nasal.-

-La joven estudiante contuvo su júbilo soltando un tierno ruidito por la nariz a la par que se encogía. Su energía y entusiasmo eran tan elevados, que cualquier persona con dos dedos de frente pensaría que la chica padecería alguna deficiencia mental, pobrecilla...

-Respondió la chica con una enorme sonrisa a boca abierta y las manos cerradas en un puño, sus ojitos parecían casi brillar con luz propia.
La enorme cola de aspecto mullido y afelpado se agitaba de derecha a izquierda con entusiasmo.-

¿Café?...

-La joven estudiante dirigió sus verdosos ojos hacia la amable figura que le había soltado semejante discurso. Automáticamente, su cuerpo se vino arriba.-

¿¡Lo dices en serioooo?!, ¡me encantaríaaaa!, ¡nada me haría más feliz en estos momentos!.

-Bostecito da, se acabaron las clases hasta la semana que viene.
Toca estirar los brazos y las piernas un poquitín, mientras deja escapar un ruidito de satisfacción.-

-Quedarse hasta las tantas de la madrugada hincando codos para los tres exámenes de la uni que le quedan pendientes ya le dió sueñito.
No acostumbra a trasnochar...-