Juan Manuel Maya

Ameeeeen

Acá el hermoso resultado del día.

16. Quizá ese día yo también me sepa el himno y pueda cantarlo con ellos.

15. Esa seguridad del hogar, esa fotografía que nos lleva a reflexionar sobre lo que somos y queremos. Una esperanza de que, tal vez, con la ayuda de ese Dios sardónico, un día podamos volver a vernos, quizá en otra plaza, con otra iglesia de fondo.

14. O cualquier otra controversia que abunda en las redes. Pero ese momento, en esa plaza, en ese pesebre, representó el acto más humano que hemos repetido desde los orígenes de nuestra humanidad: reunirnos como un grupo, buscando en nuestras voces ese sonido común.

13. ¡Soy idiota! Ese era el himno de Venezuela. La sonrisa que se me quedó grabada era algo imposible de fingir; fue un momento verdaderamente sublime. Mucho se puede hablar sobre la situación venezolana. Podríamos escribir mil hilos sobre lo que es una dictadura.

12. Como si estuviera escrito en un guion de película, un par de mujeres ancianas comenzaron a entonar un canto que me resultaba completamente desconocido. Era sublime, pausado, lleno de honor y reverencia. Todos los presentes se unieron al coro.

11. Terminando en esta pequeña isla desértica cercana a África. Sin saberlo, ella era parte de una gran historia que hoy intento recordar. Para la última foto, llamamos a todos los asistentes para una imagen grupal, con pancartas y banderas, frente a la gran entrada de la iglesia.

10. Seguidos por los acompañantes del partido. La chica, sin saberlo, estaba registrando un momento crucial para la memoria colectiva, para la historia de esa Venezuela que, tras años de dolor e injusticias, había cruzado continentes, mares y océanos.

9. En un momento, una de las señoras que había asistido con su familia le pidió que les tomara una foto en las escaleras, capturando las pancartas y teniendo como fondo la icónica entrada de la iglesia. Luego, una pareja hizo lo mismo.

8. Entre toda esa algarabía, hubo una chica que me llamó la atención. Era delgada, pequeña, inmune al frío a pesar de llevar solo un suéter ligero. Parecía ir acompañada de su abuela y una niña pequeña; no le daba más de veinte años.

7. Finalmente, la noche se iluminó con un espectáculo vibrante que evocaba las primeras noches en bulliciosas aldeas iluminadas por el fuego de una hoguera. Todo era risa, reencuentros, saludos amistosos, presentaciones y muchos intentos de integrarme a un mundo ajeno.

5. Eran las siete de la noche. Los del partido y yo llegamos a la hora acordada, y los demás asistentes comenzaron a llegar durante la siguiente hora. Desde la oscuridad, figuras iban apareciendo como hadas en un bosque de cuentos.

4. Esa pequeña plaza… no, esa pequeña esquina de plaza, con sus cinco bancas, las únicas escaleras y una cruz de cemento, se convirtió en el pesebre de esta íntima revolución. La plaza principal de Puerto del Rosario lucía digna y orgullosamente decorada con la bandera de Venezuela.

3. El clima de la isla es frío en esta época del año, alrededor de 8 grados por la noche. Las calles estaban solitarias, los locales cerrados, y la misa había terminado (porque era necesario respetar los ritos oficiales). Las oficinas de gobierno también habían cerrado horas antes.

2. Estas reuniones se realizaron tanto en apoyo a la oposición como para manifestarse contra el régimen de Maduro. En esas horas sucedieron muchas cosas que seguiré reflexionando durante las próximas semanas. Sin embargo, hay ciertos aspectos que quiero destacar en este breve espacio de reflexión.

1. Actualmente me encuentro en Fuerteventura, España, y, por cuestiones de la vida, me vi (junto con un equipo del partido político con el que he estado trabajando estos días en la isla) dentro de una aglomeración de venezolanos.

Sobre la jornada de protestas que se dio en varias partes del mundo, este 9 de Enero, me quise dar la vuelta y repensar distintas cosas a raíz de cierta experiencia que tuve. Les regalo los resultados

...Desigualdad económica exagera

Es agua con sal

Diseño de la bandera de EEUU como columnas derribándose y las estrellas cayendo al suelo.

Diseño de Gary Neill.

Una pequeña recomendación que, efectivamente, está en la mitad de todos ellos, al igual que nosotros.

Esto es el resultado de años de trabajo de las víctimas en busca de la verdad, de sus seres queridos, y de un lugar "digno" dentro de toda esta historia de conflicto.

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Rusia se desmarca enormemente de los matices y direcciones de la agenda occidental, mantiene un ritmo propio, más hacia su propio ombligo.
Cómo dejas entrever en anteriores post (puntuales y concretos) da una razón estatista de la dirección del estado hacia la profundización de su soberanía.