Coper

No puedo ser

Un lugar donde descansar.

No sé qué siento hoy.

Buscas y no sabes qué encontrar y qué esperas... qué lo primero veas sea lo que anhelas.

¿Has notado que te miro con miedo? Te miro con miedo a parpadear y que desaparezcas...

Me gustaría sentirme más normal.

Hay siempre tanto miedo en mi interior de hacer daño por no darme cuenta de algunas cosas que al final prefiero evitarlas.

Imagina dar un paso y olvidar el paisaje que viste anteriormente...
Pues un poco así es mi vida.
Lo que ya no está deja de pertenecerme y se siente olvidado.

Acariciar su mejilla mientras duerme en mi regazo.

El sueño de formar una familia.

A veces lo escucho y se hace de rogar, se vuelve tan fuerte por cada palabra que se hace escuchar.
Quiero hacer oídos sordos, taparme los oídos y no oírlo más. Pero se que así nunca me dejará. Necesito entenderlo para que se vaya de mi hogar.

A veces se me aparece Miedo y es tan irracional que no se por donde aparece. Tampoco reconozco por qué camino dirigirlo y se me acumula en el pecho. Y allí, se hace su pequeño hogar... Acomodandose, creyéndose eterno.
Y he perdido mi propio lugar, ahora es de miedo y sus ideas que no logro razonar.

No puedo evitar llenarme de amor cada vez que le veo jugando y disfrutando de sus hobbies.

Desde que mejore mi mundo deje de reconocer mis emociones.

A pesar de hablar de que el amor se transforma, yo muchas veces sigo sintiendo ese cosquilleo de ilusión que aparece en mi corazón cada vez que hablo de amor.
Cada vez que me acuerdo de tu sonrisa y me encuentro con tu boca.

Que extraño es haber creado un hogar lejos de tu familia.

Llegaste para enseñarme a vivir.

En este silencio, tu presencia me alimenta.
Este hogar no es mi infancia, pero me llena de tanta inocencia...
Verte tranquilo y yo en mis mil planetas. Y aún así, segura y con la conciencia de que se el camino de vuelta.
A tu lado, a nuestro mundo.

Te escribo todo lo que siento en un pequeño escondite, por si algún día te pierdes y me encuentras. Por si algún día te olvidas y te acercas... Y lees más cerca que cada segundo a tu lado era mi primavera.

Sí, reconocería tu cara con los ojos vendados.
Acércate a mis labios, que recorro cada recodo de tu rostro.

Sigue el camino de besos que dejé en tu espalda

Y si se duerme en mis brazos y respira en mi pecho, dibujaría en el vaho de mi corazón de cristal tu nombre. Para que cuando vuelva a respirar sobre mi cuerpo aparezca y que lea que mi amor le pertenece.

Otro año más peleando con mi realidad y el mundo.

Fin de año lejos. Menos mal que tuve sus abrazos.

Te amo desde que vi un futuro a tu lado y la tranquilidad permanecía entre las paredes de tu cuarto.

De hablar con gracia a hablar con el corazón, hay una sinceridad por delante.

Hay esfuerzos que valen la lágrima.

Entre manos calor en el pecho.

Me cambió la felicidad. No recuerdo el sabor salado que dejaban las sábanas, el aire entrando por la fuerza a mi boca haciéndose paso entre labios recortados.
No recuerdo esa cuerda floja al madrugar.
Hay calor cada vez que me giro y chocó contra su pecho.
Una mano firme cuando patino sobre hielo.

Había una vez, una chica que escribía sin parar. Salvada por las letras y el mundo a acapela, ella desvivía en cada prosa en cada esencia.
Pero el mundo la acorraló, se quedó sin papel, sin tinta, sin ideas ni corazón.
Un día dejó de escribir y perdió lo que más quería...