Muy buenos días!!

Jamás tendremos certeza absoluta sobre el efecto de nuestras decisiones. Pero si se originan en la sinceridad, el cariño y el deseo de un buen propósito, ¿no será que la tranquilidad depende más del acto de decidir que de sus consecuencias?

A veces toma una vida entera abrir la puerta y creerse quién uno es. Y es justo en ese instante cuando dejamos de escondernos y empezamos a volar. No hay mayor libertad que ser uno mismo.

A veces me pregunto si, con los años, aprendemos a vivir con mayor libertad en lo que sentimos y deseamos, o si solo cambiamos de ataduras: dejamos unas visibles y tomamos otras invisibles, silenciosas. ¿Será que la madurez está en reconciliar deseo y lógica sin miedo ni culpa?

Curioso!!

From every view

Viaja sin maleta y no pesa nada.
No se compra ni se vende, pero cambia la vida de quien lo recibe.
Se multiplica cuando se entrega y se marchita cuando se esconde.
Puede estar en una mirada, en un gesto o en un silencio.

¿Qué es?

Cuidamos la imagen, atendemos la salud, elegimos la ropa… y todo eso tiene valor. Pero no olvidemos cultivar lo invisible: lo que somos por dentro. Al final, la convivencia más larga es con nosotros mismos, y la armonía aparece cuando crecemos tanto por fuera como por dentro.

A veces no estamos confundidos, solo evitamos decidir por miedo. Nos quedamos en un estado cómodo pero inmóvil, atrapados en un trance que nos aleja de vivir. Y llega un punto en que, por más que duela, hay que elegir para volver a moverse, para volver a sentirse vivo.

Una conversación con amigos puede no cambiar el mundo, pero sí el rumbo de un día. A veces, eso basta: alguien que escucha, una risa compartida, y de pronto, todo se siente un poco más posible.

A veces, la esperanza es solo eso: no soltar la posibilidad, aunque no entiendas en qué estás creyendo.

En tiempos de guerra, tener esperanza no es ingenuidad, es resistencia. Cuando el poder juega con vidas y el horror se vuelve rutina, la esperanza sobrevive en lo pequeño: en quien cuida, en quien aún llora, en quien se niega a deshumanizarse. No cerremos los ojos… y sigamos eligiendo la compasión.

Un estudio de Harvard con más de 85 años concluyó que la clave de una vida feliz no es el dinero ni el éxito, sino la calidad de nuestras relaciones. Las personas con vínculos reales viven más y mejor.

Creo que la mayor enseñanza que puedes alcanzar en la vida es amar… y ser amado. Y el primer paso es conectar con otros, no por interés ni por necesidad de validación, sino por generar un vínculo honesto y real, desinteresado y profundamente humano.

No aprendemos de los errores. Aprendemos de los intentos. El único error real es no intentarlo. Sé impecable con tus palabras: lo que nombras, forma lo que crees.