El Tonto Del Pueblo

–¿Cuando me quieres, Paco?
–¡Pero mira que eres roñosa, coño!

—¡Estoy flipando en colores, tío!
—¿De verdad?
–Te lo juro por los dragones que sobrevuelan nuestras cabezas.
–Pues entonces dame doscientos euros más, por qué me temo que lo que te he vendido no era marijuana.

—Que sepas que yo soy muy famosa por mi delgadez.
—Famélica.
—¡Eso!

Mucho buscar responsables sobre quien metió la pata el día de la DANA, pero nadie encuentra donde narices estaba Mazón echando el KIKI ese dia.

¿Os han salido escamas ya?

A mí lo que más me preocupa de que vengan tantas borrascas seguidas, es que al final se van a quedar sin nombres con el que bautizarlas.

—Hija mía, ¿qué te pasa?
—Que me ha venido la regla.
—¡Joder con los de Amazon, cada día son más rápidos!

—Doctor, dígame sin rodeos como me ve.
—Francamente, muy mal.
—¿Y en que se basa para ello?
—En que me he dejado olvidadas las gafas en casa.

-Buenos días, ¿es esta la Asociación para Calmar la Ansiedad?
-Quécoññiiioooquieremecagüendiossssssss!!!!!

—Mari, hay una corrida en la tele.
—¿Y quién torea?
—No, ¡que hay qué limpiarla, coño!

—Cariño, ¿me quieres?
—Lo siento, pero me pillas sin un duro.

—Cariño, ¿me quieres?
—Lo siento, pero me pillas sin un duro.

—Mari, hay una corrida en la tele.
—¿Y quién torea?
—No, ¡que hay qué limpiarla, coño!

—Paqui, viviendo contigo me he ganado el cielo.
—Pues quédate ahí de una puñetera vez, que no sabes lo que me costó que nadie me viese empujarte desde el helicóptero.

—Paqui, ¿Me has hecho la comida que me tengo que ir a trabajar?
—¡Hoy te haces una paja!

—Tiene usted el don de caer bien a toda la gente, Martinez.
—Si. Es que soy experto en tropezones, y quieras que no…

—Hola buenos días. Venía a por mi certificado de nacimiento.
—¿En qué año nació?
—En 1928.
—¿Y no le interesaría mejor un certificado de defunción, y vamos adelantando papeleo?

—Me duele la cabeza.
—¿Has pensado en tomate un Paracetamol?
—Si, para pensar que estoy yo.

—Buenos días.
—No me jodas, ¿ya…?

—¿El Quijote es un buen libro?
—Claro que si… ponlo debajo de la esquina del sofá, y verás como ya no cojea.

— Amor, si yo fuera un helado, ¿me comerías?
— Obvio.
— ¿Y si fuera un pastel?
— También.
— ¿Y si fuera una pizza?
— Sin duda.
— ¡Pero me quieres de verdad o solo tienes hambre?
— Ehh… ¿las dos cosas?

Pues eso…

—¿Ves todo esto hijo mío?
—Si, papá.
—Pues algún día no será nuestro.
—¿Seguro…?
—Vamos… Como qué hacienda existe.

—¿Como llevas el rodaje de tu última película de terror?
—Bien, pero el vestuario me acojona.
—¿Tanto miedo te da?
—No. Es que me aprieta mucho en los huevos.

—¿Como llevas lo de que tu suegra se vaya a vivir a tu casa?
—Estoy más acojonado que el dentista de Drácula.

—¿Ves todo esto hijo mío?
—Si, papá.
—Pues algún día no será nuestro.
—¿Seguro…?
—Vamos… Como qué hacienda existe.

Te quiero mil euros arriba mil euros abajo.

-¿Por qué hay tantos escotes en las fotos de las influencers?
-Son tretas.

Jaque mate

Claro… Con tanto banco Español, al final terminas haciéndote un lío, y terminas abriéndote una cuenta de ahorros en Santo Domingo.