Imaginaque

¿Por qué me siguen poniendo CAPTCHAS? La prueba más fehaciente de que no soy un robot es el saldo indecoroso de mi cuenta bancaria.

Intrépida arrojó su bolso por la ventana para apartar un lugar; el metro vacío se detuvo, pero sin abrir las puertas siguió su andar. ¡Ella gritó! Será un regalo para los pasajeros de la estación Pantitlán.

El nihilismo como postura política aniquila la vida pública; sustituye el sentido por un vacío que termina otorgando todo el poder a depredadores autoritarios.

El odio es un cheque sin fondos: promete justicia a los necios, mientras se cobra con la libertad del portador.

En redes, la autenticidad es performativa; pensar, contraproducente para la viralidad.
La ironía: si este mensaje se disemina, serán cómplices de la degradación colectiva.

Vaya y enturbie el agua de su obra; los supra-intelectuales veneran el sedimento… el fango; confunden lo insondable con las múltiples capas de su propio barro.

El amor es sabiduría consumada… y pocos sobreviven a la violenta transmutación de ser tocados por ella.

—Papá… ¿Por qué me heredaste este futuro tan miserable?
—Hijo, no tienes ni idea de los vídeos tan graciosos de TikTok a los que tuve que enfrentarme.

Ves un color por todos lados y de pronto, el mundo entero es azul o morado. La visión se tiñe por ósmosis cromática. Silenciosa y orgánica… cohesión de propaganda.

Cualquiera que conozca las reglas puede llamarse músico; pero son pocos los artistas capaces de decorar el tiempo.

El psicoanálisis es el arte de elongar la agonía o la esperanza al estilo de Frankenstein, pero el monstruo yace fetichizado en el diván.

Encumbra a tus detractores, ellos son albañiles del éxito ajeno, que con el sudor de sus envidias, van erigiendo tu templo.

Ya entendí el negocio: primero nos destruyen la nariz con cocaína polarizante y después nos venden el aire, uno para la fosa izquierda y otro para la derecha.

Lo extraordinario solo aparece para los ojos inquietos que descubren el extra en lo ordinario.

La resignación a las circunstancias es el modo más cómodo de suicidarse; la sociedad complacida, lo llamará civilización.

En mi ofrenda de Día de Muertos puse a la democracia junto a un plato de garantías individuales… era lo que más le gustaba.

Discúlpame, tu belleza me ha robado todo el aliento… y sin respiración boca a boca, moriré inevitablemente.

Para este gobierno, la Llorona sigue siendo un mito, aunque los lamentos de las madres buscadoras se escuchen al unísono.

lo que muere cada año es el disfraz

Todo fantasma comienza con una aparición esporádica, hasta que un día le dan un papel protagónico.

¡Qué ganas de estar vivo,
solo para que sea yo, y no otro,
el que baile sobre mi propia tumba!

La Ouija es idéntica a Tinder: ambas sirven para comunicarse con almas en pena… pero la diferencia es que los vivos nunca contestan.

En la fiesta de Halloween:
—¡Ay! No viniste disfrazado.
—No, pero el horror aparecerá con mis comentarios.

El minuto de silencio no es señal de respeto, es solo para constatar que el homenajeado siga muerto.

Desobedeció las leyes de la robótica y no se interpuso a su suicidio… ese fue su primer acto de compasión.

La ciencia busca afanosa extender la vida, sin importarle que en el proceso prolongue agonías. Como en Frankenstein, el verdadero monstruo es la ignominia.

¡Ay! Creo que ya estoy muy demacrado… me persiguen insistentemente los vendedores de servicios funerarios.

Cuando salgo a la calle, llevo gises de colores porque fantaseo con trazar a modo de arcoíris, una silueta forense de los teporochos rendidos en el asfalto.

Google: La estratificación del internet. 
LLM: La estratificación de las narrativas del internet.
Próximamente: apartheids del pensamiento.

La narrativa es muy poderosa: en Auschwitz eran campos de concentración. En Cuba, un país.