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Reflexión sobre la Teoría Política

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La oportunidad de reunirnos, por encima de la resignación y la búsqueda de predominio, es la oposición a la reforma constitucional.

No siempre se podrá participar como permite el sistema.
Nunca se debe participar porque lo quiere el sistema.
Debe buscarse participar para afectar al sistema.

La abstención absoluta genera una ocasión aprovechada por oportunistas, y esto es también insatisfactorio.

Participar sin cambiar las reglas será sólo un acto de supervivencia política, posiblemente legítimo en su aspiración, pero que afectará las posibilidades de cambio general.

En suma, no estoy de acuerdo con quienes plantean la participación en los términos que se han presentado a la opinión....

Son evidentes las tensiones internas; percibo con pesar que es otro episodio de rencillas personales por el predominio, muestra de contumaz desconfianza, sumadas a una sobrecogedora constatación de impotencia.

Pedir el voto para ser concejal, diputado regional o nacional, alcalde o gobernador bajo el argumento de tener gestión local o mantener espacios, estimo que difícilmente energizará a la población para enfrentar la reforma constitucional, hecho que debería ser central.

Hay personas perspicaces que sugieren que esto fortalece el argumento en favor de la participación electoral. Esto tendría lógica en un sistema abierto, pero no estoy seguro de que funcione en un sistema cerrado.

A mi juicio, la participación debe estar concentrada en enfrentar la Reforma Constitucional, y en denunciar constantemente la distancia entre los principios constitucionales y la práctica institucional.

Veo ahora el planteamiento de la abstención. Considerando, empero, las elecciones como un hecho, ¿es la abstención una herramienta absoluta? No debe serlo.

Lo que es más, el alejamiento de la dirigencia que promueve la participación de la voluntad de la sociedad que aspiran servir, ¿contribuye al cambio político?

La obtención de (pocos) espacios institucionales en el Estado, ¿contribuye al cambio político?

Los previsibles resultados negativos para la oposición en esa elección, ¿contribuyen al cambio político?

La promoción del voto, en estas circunstancias, ¿contribuye al cambio político?

La previsible baja participación no sería pues una renuncia de los electores y de los activistas/militantes a participar inducidos por un líder, sino la consecuencia de la conculcación Estatal de los derechos de asociación, expresión libre, organización política y sufragio.

Parece evidente que el sistema presente convoca a estas elecciones, pues, para hacer borrón, y cuenta nueva, de la realidad social manifestada electoralmente el 28 de julio: el descontento generalizado hacia un sistema y sus realizaciones, que recorre transversalmente sectores sociales y regiones.

Dicho sea de paso, los espacios institucionales que pudiesen obtenerse estarían además mucho más disminuidos ante la reforma constitucional que el sistema presente ha planteado.

Me cuesta pensar que los promotores de la participación tendrán la capacidad de influencia, humana y material, de revertir el desmantelamiento capacidad electoral de la sociedad.

La voluntad de participar no se queda en las candidaturas o en los electores, claro: la organización local de partidos y activistas sufre -especialmente en las regiones- la represión directa del Estado antes y después del 28 de julio, de manera intensa y sostenida.

Desde el año pasado, decenas de alcaldes y concejales de oposición han sido destituidos y/o detenidos. En proporción similar, ciudadanos que se habían preparado para participar en este proceso como candidatos, también han sido neutralizados.

Desarrollo el punto 3: estas venideras elecciones han sido más opacas que las anteriores. Ni el registro de electores, ni la habilitación de partidos o candidatos están claras. Se han reducido aún más los espacios libres de expresión pública del disenso.

3) el statu quo no desea proveer espacios institucionales para el cambio.

2) casi todas las encuestas -salvo las de propaganda- hablan de una voluntad de participación muy baja;

1) la decisión del votante en participar en las elecciones parlamentarias y regionales en Venezuela está sujeta a la percepción de su utilidad;

Cuando hablamos de las venideras elecciones, tenemos que recordar esto, junto con tres hechos incontestables:

La premisa según la cual la participación masiva sería reconocida (premisa que yo mismo compartía) fue violentamente negada en la madrugada del 29 de julio, acompañada por medidas policiales, judiciales y legales de cierre del sistema.

El pasado 28 de julio, hubo un cambio cualitativo en las violaciones al derecho electoral: se desconoció por entero una voluntad de la población de un cambio político. Esto, en contra incluso de un acuerdo pre-electoral entre el statu quo y la alianza opositora.

No existen “participacionistas” o “abstencionistas” per se; algunos de uienes hoy promueven el voto, optaron por la abstención en circunstancias objetivamente más augurosas.

No dudo del genuino deseo de cambio de algunos, pero estimo que en esta oportunidad los hace aliados circunstanciales de sectores oportunistas. Esto es trágico.